Desert de les Palmes

El Parque Natural del Desert de les Palmes

Está situado en la provincia de Castellón y ocupa parte de cinco términos municipales: Benicàssim, Cabanes, La Pobla Tornesa, Borriol y Castelló de la Plana.

Su localización geográfica, lo convierte en un lugar especial donde los habitantes de los diferentes municipios vienen a diario a disfrutar de las riquezas históricas, naturales y paisajísticas que invitan a contemplar, caminar y disfrutar de los valores que este espacio natural esconde. Sus 3.200 ha, protegidas desde hace más de 20 años, lo convierten en uno de los más veteranos.

Los incendios han dejado huella en el paisaje, aunque en la actualidad se puede apreciar una buena recuperación de la cubierta vegetal.

Los hábitats de los que podemos disfrutar dentro del Parque Natural Desert de les Palmes son variados y claramente definidos. La vegetación potencial debieron ser los carrascales litorales y alcornocales (en las zonas silíceas y húmedas) con algunos robles en las zonas de umbría.Debido a la transformación agrícola del suelo el carboneo intensivo y el pastoreo, fue desapareciendo este tipo de bosque, quedanto tan sólo pequeños bosquetes o pies aislados de carrascas y alcornoques.Con la industrialización se abandonaron los campos de cultivo, dando lugar a grandes extensiones de pinares.Los últimos incendios de 1985 y 1992 propiciaron la deforestación de diversas zonas del paraje.

Tipos de ecosistemas:

Alcornocales: Se desarrollan exclusivamente sobre rodenos siendo muy escasos en nuestro territorio. El sotobosque está dominado por especies como el madroño (Arbutus unedo), el brezo (Erica arbórea), el rusco (Ruscus acuelatus), el enebro (Juniperus oxycedrus), la hiedra (Hedera helix). En la sierra de les Agulles de Santa Àgueda encontramos algunos ejemplares adultos de alcornoques (Quercus suber).

Jarales: Son formaciones dominadas por diferentes especies de jaras, entre ellas: jara negra (Cistus monspeliensis), jara blanca (Cistus Albidus), jara morisca (Cistus salvifolius) y romero macho (Cistus clusii). En zonas más húmedas también aparecen otro tipo de jara: la jara macho (Cistus populifolius), también asociado a la albaida (Anthyllis cytisoides), el romero (Rosmarinus officinalis) y la aliaga (Ulex parvifolius).

Pinares: Es muy frecuente la presencia del pino rodeno (Pinus pinaster) en zonas siliceas y también del pino carrasco (Pinus halepensis) en todo tipo de suelo.

Carrascales: Pequeño zona dominada por la carrasca (Quercus ilex.rotundifolia). En el sotobosque abundan especie como la coscoja (Quercus coccifera), el palmito (Chamaerops humilis) y zarzaparrilla (Smilax aspera)

Vegetación de rivera: Depende de la presencia de cursos de agua permanentes o temporales.Vegetación caracterizada por chopos (Populus nigra), sauces (Salix atrocinerea), adelfa (Nerium aleander), emborrachacabras (Coriaria myrtifolia) y cañas (Arundo donax).

Flora: Sin lugar a dudas, el Desert de les Palmes, representa un enclave valioso desde el punto de vista botánico, ya que alberga interesantes plantas y comunidades vegetales, algunas de ellas endémicas o muy raras. Además, por sus características litológicas se da en él una alternancia entre zonas calizas y zonas silícias que también se pone de manifiesto en las plantas que sobre ellas se desarrollan. Aun a pesar del grado de alteración reinante, que hace que queden pocos fragmentos de bosques y matorrales bien estructurados, la flora del Paraje supera las seiscientas especies de plantas vasculares, cifra a tener en cuenta y que por sí sola ya justifica su declaración de Paraje Natural.

Aprovechamientos forestales y prácticas agrícolas eróneas fueron los principios azotes históricos, que provocaron la reducción y desaparición de los primitivos bosques; aunque los efectos más devastadores han sido los incendios que han terminado por degradar la zona hasta configurar su actual paisaje.

Es posible encontrar un gran número de arbustos típicos de estos bosques primitivos, como son el madroño (Arbutus unedo), durillo (Viburnum tinus), brezo (Erica arborea), torvisco (Daphne gnidium), aladierno (Rhamnus alaternus), rusco (Ruscus aculeatus), enebro (Juniperus oxycedrus), lentisco (Pistacea lentiscus) y palmito (Chamaerops humilis), o enredaderas como la rubia (Rubia peregrina), hiedra (Hedera helix) o zarzaparrilla (Smilax aspera).

Actualmente, la mayor parte del territorio está ocupada por diversos tipos de matorral, entre los que cabe destacar especies como: romero (Rosmarinus officinalis), tomillo (Thymus vulgaris), aliaga (Ulex parviflorus), brezo (Erica multiflora), albaida (Anthyllis cytisoides), jara blanca (Cistus albidus) y jara negra (Cistus monspeliensis).

Existen, asimismo, algunas especies de plantas endémicas, raras o amenazadas, cuya conservación es de gran importancia, como es el caso de Leucojum valentinum, Cytisus villosus, Crassula campestris, Biscutella calduchii, Minuartia valentina, etcétera, algunas de las cuales se encuentran en la microrreserva de flora de las Agujas de Santa Agueda.

En menor superficie, el Desert está ocupado por formaciones de pinares con especies como el pino rodeno (Pinus pinaster), que sólo crece en los terrenos silíceos de areniscas rojas, y el pino carrasco (Pinus halepensis) que habita en cualquier tipo de suelo. Este último, debido a la facilidad para diseminar sus semillas, ha ido invadiendo las zonas agrícolas abandonadas, sustituyendo, de esta forma, los antiguos bosques de carrascas y alcornoques.

Fauna: La variedad de ambientes, permite la existencia de muy diversas comunidades faunísticas, con algunas especies interesantes en cuanto a su distribución biogeográfica en la Comunidad Valenciana.

Los anfibios están representados por el sapo corredor, el sapo común, el sapo partero y la rana común, entre los reptiles tenemos el lagarto ocelado, la lagartija colilarga, la lagartija ibérica y el eslizón ibérico. En cuanto a los ofidios podemos citar a la culebra de herradura, culebra de escalera, culebra bastarda y la culebra lisa.

En el Parque se han registrado más de 120 especies de aves, siendo el grupo de vertebrados más numeroso. Entre ellas destacan algunas rapaces diurnas como el águila perdicera, el cernícalo vulgar, el halcón peregrino, el gavilán, etc., y otras nocturnas como la lechuza común, el autillo, el mochuelo, el búho chico y el búho real.

Resulta usual ver perdices, palomas torcaces o tórtolas comunes, así como un gran número de paseriformes distribuidos en los diferentes ecosistemas del Paraje, entre los que podemos observar especies típicas de maquia y matorral como son la curruca cabecinegra, curruca rabilarga, tarabilla común, collalba rubia, etc.

Otro grupo importante lo forman las especies ligadas al medio forestal, que constituye la otra gran unidad de vegetación del Paraje. Entre éstas encontramos el pito real, reyezuelo listado, torcecuello, piquituerto, chochín, etc.

También son interesantes las aves que habitan los roquedales, como por ejemplo el roquero solitario, roquero rojo, collalba negra, cuervo, etc.

Entre los mamíferos cabe destacar la presencia de carnívoros como la gineta, la garduña, la comadreja y el tejón, y otros como el jabalí , el conejo, el zorro, la ardilla, el erizo y varias especies de murciélagos.

 

Ruta 1: Itinerario circular del Centro de Información al Bartolo  

Distancia: 5 kilómetros. Duración: 2 h. Dificultad: Media

Esta ruta nos permite tener una visión general de las montañas del Desert de les Palmes, efectuando la ascensión a la cima más alta del parque natural, la cima del Bartolo, de 729 mde altitud.

El comienzo de ruta está en la parte trasera del edificio del Centro de Información (1), desde aquí sale una senda que va ascendiendo poco a poco. Transcurre entre un denso y variado matorral en el que observaremos diferentes especies, jaras (Cistus monspeliensis, C. albidus, C. salvifolius), madroños (Arbutus unedo), lentiscos (Pistacea lentiscus), enebros (Juniperus oxycedrus), romeros (Rosmarinus officinalis),etc. En unos minutos encontramos un cruce (2), seguimos dirección a la Pobla Tornesa. La senda desemboca en una pista de tierra. En este punto, giramos a la derecha (3), podemos observar frente a nosotros la imponente Mola del Morico (694 m.). Seguimos caminando por la pista y a unos 300 m encontramos la font de la Mola (4), que habitualmente no tiene agua. Un poco más adelante tomamos la pista que gira a la derecha siguiendo la indicación del Bartolo (5).

Parada 1: desde este punto observamos la Plana, la Serra d’Espadà, el puerto de Castelló. Fijémonos en las diferentes coloraciones que presentan las rocas, diferenciándose los grises de la caliza, de los rojos del rodeno. Continuando por la pista pasaremos por el lado del Mas de Huguet (6), típica vivienda rural tradicional.

Parada 2: Nos encontramos en un cruce. Los dos caminos nos conducirán a la misma pista asfaltada. Para continuar hacia la cima hemos de continuar el asfalto hacia la izquierda. También tenemos la posibilidad, en ese punto, de comenzar el descenso, si giramos hacia la derecha y seguimos las indicaciones.

Si optamos por seguir hacia la cima, ascenderemos durante 1500 m, aproximadamente, dejaremos la Cruz del Bartolo a la izquierda y llegaremos al mirador.

Parada 3: Desde aquí podemos divisar las dos vertientes del espacio natural: la Plana y las playas pero también las montañas del Maestrat, el Pla de l’Arc y todo el interior castellonense, los pueblos de Cabanes, La Pobla Tornesa, Vall d’Alba, etc.

Al este Les Agulles de Santa Àgueda; al noreste el Parque Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca; al sudoeste el Parque Natural de la Sierra de Espadán y al noroeste el pico de Penyagolosa. Los días más claros vemos en el horizonte, la bella silueta de las Islas Columbretes y el Cabo de Sant Antoni, en el Parque Natural del Montgó.

Si seguimos unos trescientos metros por la pista, llegaremos al punto más alto del recorrido y de todo el parque natural, 729 m. En el pico, entre las antenas, podemos encontrar la ermita de San Miguel.

Durante este paseo podemos observar algunas aves como cernícalos, cuervos, abubillas y golondrinas, y dependiendo de la época del año, podemos disfrutar de una gran variedad de mariposas y otros insectos.

Con suerte, podremos observar en las alturas, vigilante, el ave guardiana de estas tierras, el águila perdicera (Hieraetus fasciatus), considerada como «vulnerable» en el Catálogo de Especies Protegidas.

El descenso se efectúa por la carretera, dejaremos a nuestra derecha la pista por la que anteriormente habiamos accedido al asfalto. Continuaremos por un pronunciado descenso, hasta llegar a una indicación que nos desviará a una senda, que surge a nuestra derecha. En esta senda encontramos una fila de pino rodeno (Pinus pinaster), de hojas y piñas mucho mayores que las del pino carrasco, que nos indica que las características del suelo han cambiado: volvemos a estar en zona de arenisca roja.

Continuamos nuestro camino hasta llegar a las ruinas de una muralla que durante años ha estado guardando las tierras de los carmelitas. Desde este punto observamos, más abajo, la Porteria Vella: lugar por donde se accedía al monasterio y donde todavía hoy se conserva la ermita del Carmen y los restos de un antro (lugar de oración). También es un buen lugar para admirar el monasterio de los Carmelitas, que fue construido después de que unas fuertes lluvias convirtieran en ruinas el monasterio viejo.

Ruta 2: Itinerario circular del Centro de Información al Bartolo por las crestas

Distancia: 5,5 kilómetros. Duración: 3 h. Dificultad: Fácil

La ruta empieza en el Centro de Información en una pequeña senda que se encuentra en la parte trasera del edificio. La vegetación que nos acompaña es típicamente mediterránea: estepas (Cistus albidus, Cistus monspeliensis), romero (Rosmarinus officinalis), palmito (Chamaerops humilis). Enseguida nos encontramos una señal que nos indica que debemos continuar nuestro camino a la izquierda, dirección la Pobla Tornesa, hasta llegar a la pista. En esta zona de parque natural se pueden apreciar las zonas abancaladas que en su momento servían como zonas de cultivo a los campesinos del lugar, también se observan algunas masías aisladas que ahora se encuentran deshabitadas. Seguimos nuestro camino pasando por la font de la Mola, dejando una pista de tierra a la derecha la cual también nos llevaría al Bartolo. Una vez llegados al Coll de la Mola podemos observar el litoral de Benicàssim y el Grao de Castelló vistas que en días claros aumentan su belleza. Ya en el collado, en la misma curva de la pista, continuaremos por un sendero que sale a la derecha, iniciando así una fuerte ascensión hacia el Cantal Gros (698.7m de altitud), una vez arriba podemos tomar un merecido respiro. Entre rocas sueltas de rodeno nos acompañan diferentes especies arbustivas como jaras, brezos, palmitos. Durante todo el trayecto observamos ejemplares adultos de pino rodeno (Pinus pinaster) testigos mudos que sobrevivieron a las llamas que arrasaron parte de la vegetación de esta sierra.

Se perciben distintas especies de líquenes, buenos indicadores de la excelente calidad del aire que en el parque natural se respira.

Como el sendero nos va llevando por las partes más elevadas de la montaña es fácil divisar durante el itinerario los municipios que envuelven el parque natural: al oeste La Pobla Tornesa y Borriol, y al norte Cabanes. A medida que nos aproximamos a la monumental Cruz del Bartolo , la vegetación nos deja entrever Benicàssim y el mar Mediterráneo, y en días en que las nubes nos lo permitan podremos observar las Islas Columbretes (Reserva Natural).

Llegamos a la cruz del Bartolo con sus imponentes 18 metros de altura, enclavada en uno de los puntos más elevados del espacio natural.

Si seguimos unos trescientos metros por la pista, llegaremos al punto más alto del recorrido y de todo el parque, 729 m. En el pico, entre las antenas, podemos encontrar la ermita de San Miguel.

Durante el recorrido podremos observar diferentes especies de aves como cernícalos (Falco tinnunculus), cuervos (Corbus corax), abubillas (Upupa epops) y golondrinas (Hirundo rustica).

El descenso se efectúa por la carretera, dejaremos a nuestra derecha una pista (9) y continuaremos descenciendo por el asfalto, hasta llegar a una indicación amarilla que nos desviará a una senda, que surge a nuestra derecha (10).

Seguiremos las indicaciones de las señales de color amarillo que nos van a llevar hasta las ruinas de «La Porteria Vella», podemos acercarnos a al mirador para contemplar el paisaje. Continuamos por el sendero hasta llegar al Centro de Información, punto final de este recorrido.

 

Ruta 3: Centro de Información-Bartolo-Les Santes

Distancia: 10,5 kilómetros. Duración: 6 h. Dificultad: Media

Itinerario: desde el Centro de Información nos dirigimos a la ermita de Les Santes (Cabanes) pasando por el emblemático Bartolo. La senda que parte desde detrás del Centro de Información transcurre entre un denso matorral en el que abundan las jaras (Cistus monspeliensis, C. albidus, C. salvifolius). A pocos metros giraremos a la derecha. Seguiremos al camino hacia La Porteria Vella, antes de llegar a la muralla, torceremos a la izquierda. Un sendero de escalones nos lleva a un camino de tierra; continuaremos por la izquierda, hasta llegar a una pista de tierra y seguiremos el camino por la derecha desde donde vemos la carretera asfaltada que nos conduce a la cima del Bartolo.

Desde aquí se domina el Maestrazgo al NO, la Sierra de Espadán al SO y las Islas Columbretes al NE. Subiremos hasta una explanada que hay debajo de las antenas, desde donde parte una pista a mano izquierda. Comienza entonces un fuerte descenso por una pista rodeada de arbustos entre los que cabe destacar los enebros (Juniperus oxycedrus), diferentes especies de jaras (Cistus albidus, Cistus monspeliensis…), palmitos (Chamaerops humilis), etc. y donde no es difícil observar diferentes aves forestales.

A pocos metros del descenso la pista se bifurca y aun cuando ambos ramales conducen al mismo sitio, recomendamos el de la izquierda ya que discurre entre un denso pinar de pino rodeno (Pinus pinaster) con abundancia de madroños (Arbutus unedo), brezos (Erica multiflora y Erica arborea), madreselva (Lonicera implexa), etc. Es éste un lugar apropiado para observar aves tales como los pitos reales (Picus viridis), petirrojos (Erithacus rubecula), palomas torcaces (Columbus palumbus), y quizás algún gavilán (Accipiter nisus) o algún azor (Accipiter gentilis), todas ellas especies forestales.

Esta pista desciende primero hasta el fondo del barranco para después ascender suavemente hasta llegar a una balsa que sirve de abrevadero. Iremos hacia la izquierda por la pista que sigue la curva de nivel 650 m de altitud. Pronto veremos a nuestra derecha unos impresionantes riscos calcáreos en cuya cima todavía se adivinan restos de un poblado árabe. El camino nos lleva en dirección noroeste hasta llegar a dejareuna curva a la izquierda donde comienza el descenso a Les Santes. La pista discurre entre arbustos y piedras hasta penetrar en un pinar joven. El pinar va ganando en densidad, en variedad de especies y en tamaño, hasta llegar a los más profundo del barranco donde encontraremos la ermita de Les Santes.

Continuaremos el camino por la parte posterior de la ermita. Una pequeña subida nos acerca a un llano desde donde podemos disfrutar del extenso pinar adulto que el otro lado del barranco nos muestra (Pinus pinaster). Pronto veremos como a nuestra derecha la vegetación es sustituida por huertos cultivados de almendros y algarrobos principalmente.

La pista continúa salpicada por encinas y pinos adultos. Pronto llegaremos a una de las zonas geológicas más interesantes, con afloramientos de pizarras del paleozoico con más de 230 millones de años. Llegaremos a un collado donde tomaremos una senda a la izquierda y entre jaras nos adentraremos en el pinar, a pocos metros veremos un sendero a la derecha que nos va a conducir a la cima del Bartolo. La ascensión es bastante dura ya que en pocos metros subimos un desnivel de 400 m aprox. a 700 m aprox. pero resulta muy agradable de caminar debido a su variedad vegetal. A medida que vamos subiendo podemos disfrutar de las maravillosas vistas que la montaña nos ofrece: La Pobla Tornesa al NO, La Marmudella al norte.

Una vez llegamos a la cota más elevada seguiremos la carretera asfaltada para descender hasta el camino de tierra. A pocos metros tomaremos una bifurcación a mano izquierda, desde donde podemos divisar la Plana de Castellón y el Puerto del Grao. Seguimos el camino de tierra hasta encontrar a la izquierda a una señal amarilla desde donde sale un sendero de pendiente muy acusada que nos conducirá a la muralla de la Porteria Vella. Una vez en las ruinas de la ermita, continuaremos el sendero hacia el Centro de Información.

 

Ruta 4: Centro de Información-La pobla Tornesa

Distancia: 10 ida/vuelta kilómetros. Duración: 3 h. Dificultad: Media

Itinerario: empieza en el Centro de Información en una pequeña senda que se encuentra en la parte trasera del edificio. La vegetación que nos va acompañando se encuentra en proceso de regeneración debido a los últimos incendios (1985-1992): lentiscos (Pistacea lentiscus), madroños (Arbutus unedo), romero (Rosmarinus officinalis), coscoja (Quercus coccifera). Enseguida nos encontramos una señal que nos indica que debemos continuar nuestro camino a la izquierda, desde aquí podemos observar al este el Castillo de Montornés del siglo X, al norte La Porteria Vella con restos de muralla que en su momento cerraba las tierras Carmelitas, y al SE el Grao de Castellón. El sendero nos va mostrando los diferentes tipos de suelos que predominan en el Espacio Natural, rodenos (areniscas rojas) y calizas (rocas calcáreas). Los algarrobos (Ceratonia siliqua) y las zonas abancaladas reflejan que en algún tiempo fueron zonas cultivadas. Llegamos a una pista por la cual seguiremos a la derecha hasta llegar al Coll de la Mola (537 m).

Si continuamos nuestro camino por la misma senda, el paisaje va cambiando a medida que vamos avanzando, avanzando,predominando los pinos (Pinus halepensis,Pinus pinaster). Desde aquí ya podemos observar La Pobla Tornesa al oeste, el Bartolo al NE y en días claros mirando hacia el NO el macizo del Penyagolosa.

A medida que vamos descendiendo, la vegetación resulta mucho más variada. Los barrancos son muy húmedos y dan lugar a diferentes especies mediterráneas como la madreselva (Lonicera implexa), hiedra (Hedera helix), encinas (Quercus ilex), brezos (Erica multiflora, Erica arborea), roble (Quercus faginea), pinos adultos que nos muestran que esta cara del Paraje no ha sufrido incendios aproximadamente desde hace 30 años. Esta variedad vegetal constituye un hábitat idóneo para la avifauna, pudiéndose observar diferentes aves y mamíferos como la currruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), arrendajo (Garrulus glandarius), conejos (Oryctolagus cuniculus) y el zorro (Vulpes vulpes).

Al final de la pista nos encontramos afloramientos de pizarras (paleozoico 230 millones de años de antigüedad). Una vez terminada la pista giramos a la derecha y a pocos metros encontraremos un túnel a la izquierda que nos conduce al mismo pueblo.

Paseando por sus calles podemos visitar la iglesia del siglo XVIII, el Palacio del Varón, el Horno, los diferentes hostales (el antiguo que data del siglo XV y el Hostal nuevo que es actualmente la Caja Rural), la Casa de la Vila, etc.

La vuelta la efectuaremos por el mismo camino por el que hemos venido.

Ruta 5: Castillo de Montornés

Distancia: 2,5 kilómetros. Duración: 2 h. Dificultad: Fácil

El inicio de ruta se encuentra junto a la estación de Nuestra Señora del Carmen, situada a unos 500 m. del aparcamiento del Centro de Información, en dirección al Monasterio y a 459 m. de altitud. Nuestro camino comienza atravesando la vertiente de la montaña que baja al Barranco de la Parreta.

Durante todo el recorrido podemos disfrutar de una magnífica panorámica: barrancos, La Plana, la Serra d’Espadà, el puerto de Castelló.

La senda discurre entre un denso matorral en el cual predominan especies como jara negra, jara blanca, lentisco, enebros, romeros, etc.

Parada 1. Desde este punto, observamos el Castillo y la Torre de vigilancia. También podemos divisar la Plana y las playas de Benicasim y Castelló, el Parque Natural de la Serra d’Espadà en el Sudoeste y más al sur, el Cabo de Sant Antoni, en el Parque Natural del Montgó. Los pinos rodeno de este mirador poseen grandes piñas y largas hojas, característica que los diferencia de otros pinos.

A partir de este punto el camino desciende unos metros para luego volver a ganar altitud en las cercanías del Castillo. En el punto más bajo sucede el cambio radical del tipo de suelo que vamos pisando: el suelo rojo de arenisca (rodeno), da paso a la caliza, de tonos grisáceos. Estos materiales se depositaron sobre las areniscas rojas hace más de 150 millones de años.

Junto con el cambio del tipo de suelo también cambiará el tipo de vegetación, hallándose, muchos ejemplares de malvas. Los pinos que nos encontremos ya no serán rodeno sino pino carrasco.

Dejamos a la derecha una senda por la que subiríamos a la torre. Nos dirigimos hacia la muralla, hemos de seguir las señales ya que existen muchas bifurcaciones. Un punto de referencia es una bella carrasca entre cuya sombra pasaremos.

Vemos en la muralla dos agujeros, nuestra senda nos lleva al que está más a la derecha y que es más grande, por el cual penetraremos en el interior de las ruinas del castillo. Es este un punto verdaderamente fotogénico. Entre espantalobos, albaidas, palmitos y olivos, vamos bordeando por la zona norte la montaña hasta llegar al final del itinerario, en la zona Este del castillo.

Parada 2. Justo en este punto se encuentra uno de los dos aljibes bien conservados que posee el castillo, invento musulmán que sirvió para proveer de agua a los habitantes. Construido en el siglo X, en plena época de dominación musulmana del territorio, 1000 años de historia han pasado por él. Ha sido testigo mudo de importantes acontecimientos como el posible encuentro entre el rey Pedro I de Aragón y el invicto caballero Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, sobre el año 1094. Posteriormente volvió a caer en manos sarracenas hasta que fue conquistado por Jaume I en 1242, para pasar a manos de nobles cristianos.

Ruta 6: Castillo de Miravet

Distancia: 1,5 kilómetros. Duración: 1 h. Dificultad: fácil

Comienza nuestro itinerario en la Font del Perelló. Para llegar a la fuente debemos bajar por el barranco de Miravet y a 4 km encontramos un desvío que nos lleva a la fuente: allí hay una chopera donde dejaremos nuestro vehículo. El camino se inicia por la pista de tierra de la derecha, desde donde podemos observar alguna masía con huertos de almendros y olivos. Algunos ejemplares de encinas (Quercus ilex), lentiscos (Pistacea lentiscus), zarzaparrilla (Smilax aspera), madreselva (Lonicera implexa), son muestra de la humedad de esta zona.

A continuación una señal a la derecha nos indica el camino a Los Madroños; nosotros seguimos a la izquierda. La presencia de agua hace que podamos observar huellas de diferentes mamíferos: comadreja (Mustela nivalis), jabalí (Sus scrofa), jineta (Genetta genetta), ratón de campo (Apodemus sylvaticus), musaraña (Crocidura russula) etc. Cabe destacar la presencia del palmito o margalló (Chamaerops humilis), planta emblemática del espacio natural ya que le da el nombre al Desert de les Palmes. Seguimos ascendiendo por la pista hasta que nos encontramos con zonas de cultivo abandonadas, donde vuelve a haber presencia de algarrobos (Ceratonia siliqua), olivos (Olea europaea), higueras (Ficus carica), servales (Sorbus domestica) y almendros (Prunus dulcis).

Podemos observar mientras vamos ascendiendo la Sufera y las antenas del Monte Bartolo al oeste. A pocos metros nos encontramos una bifurcación, la pista por la cual venimos sigue a la derecha, pero nuestro camino continúa a la izquierda en dirección NE. Dejamos a la derecha una masía semiabandonada con cultivos de almendros; nosotros seguimos por una senda que enseguida veremos. El sendero resulta muy agradable entre palmitos, brezos, enebros, pino carrasco y lentiscos, y desde aquí se puede observar al NO el polígono industrial de Cabanes. Pasamos por un huerto de algarrobos y si giramos la vista al SO nos observan Les Agulles de Santa Àgueda, la Sufera y el Bartolo.

El sendero se va haciendo estrecho hasta situarnos a 306 m de altitud. Desde aquí hay vistas espectaculares del Prat de Cabanes-Torreblanca, de la Serra d’Irta en dirección NE y enfrente nuestro ya podemos divisar el castillo de Miravet. El suelo que ahora pisamos ha cambiado, para pasar a ser de caliza mayoritariamente. Vamos descendiendo hasta llegar a las ruinas del castillo del Miravet situado sobre un montículo rocoso perteneciente al término municipal de Cabanes (2500 h. aprox.). Fortaleza de origen musulmán que probablemente fue un monasterio de monjesguerreros musulmanes consagrados a la guerra santa. En el año 1091 fue conquistado y habitado por el Cid Campeador. En los alrededores de las ruinas encontramos resquicios de lo que antiguamente fue un poblado que desapareció en el siglo XVI.

Ruta 7: Las Fuentes del Desert

Distancia: 7 kilómetros. Duración: 3 h. Dificultad: Media

Para este itinerario dejaremos el vehículo en el mirador de Sant Josep, para partir hacia la ermita y la Font de Sant Josep. Es esta fuente un lugar de parada «obligatoria» para refrescarse, nos conduce a una zona abancalada con agua de manantial natural. Tomaremos un sendero que sale a la izquierda.

A pocos metros encontramos una ermita, la de Montserrat, una de las tantas ermitas que pueblan el área de los Frailes Carmelitas. Veremos un pino con dos ramificaciones y una señal que nos indica que debemos seguir por la izquierda. Pasamos por una zona de cultivo de almendros ahora ya abandonados, y a pocos metros disfrutamos de una recuperada y variada vegetación: encinas (Quercus ilex), estepa borrera (Cistus salvifolius), coscoja (Quercus coccifera), lavanda (Lavandula stoechas), madreselva (Lonicera implexa).

Siguiendo el sendero llegamos a un llano poblado de enebros (Juniperus oxycedrus), donde una señal a la derecha nos indica la Font Tallada: nosotros seguimos recto hasta el Pla de Muletes. En este punto tomaremos una pista que sale a la izquierda, y a pocos metros se bifurca, y continuamos nuestro camino por la pista de la derecha. Descendiendo por el camino encontramos el Palomar Barrera; esta iniciativa pretende ayudar a evitar los daños que las rapaces puedan ocasionar a la colombicultura de los pueblos cercanos al Paraje Natural. Bajamos toda la pista hasta encontrarnos con una señal en la parte izquierda del camino, la cual tomaremos para llegar a la Font de Roc. Es el manantial más puro y en mejor estado de conservación de todo el espacio natural. Después de disfrutar de sus maravillosas aguas continuaremos nuestro recorrido por una pequeña senda que nos lleva al camino asfaltado del barranco de Miravet.

Tomaremos la pista de la derecha y a 600 m encontramos la Font Tallada. La vegetación que acompaña a esta fuente nos indica la humedad de este entorno: chopos (Populus nigra) y olmos (Ulmus minor). Desde esta fuente podemos deleitarnos con la belleza de las Agulles de Santa Àgueda, accidente geológico que destaca por su coloración rojiza propia del rodeno, y por albergar en sus faldas la única población de alcornoque (Quercus suber) en este espacio.

Encontraremos unos contenedores y una señal que nos indica la vuelta a la Font de Sant Josep. Seguimos la senda hasta una pista asfaltada que cruzamos para retomar el sendero. Son variados los arbustos que hay en la ladera: jaras, brezos, coscojas… que nos van conducir hasta la bifurcación que anteriormente hemos visto, encontrándonos una señal de madera que nos indica que debemos continuar por la derecha para llegar a la Font de Sant Josep.

 

Ruta 8: Benicàssim-Font Tallà

Distancia: 4,8 kilómetros. Duración: 3 h. Dificultad: Media

Este itinerario se inicia en Benicàssim, caminando por la carretera CV-147 que nos lleva al Paraje Natural Desert de les Palmes. Tras cruzar el puente de la autopista, a la derecha hay un camino que seguiremos hasta encontrar una señal donde giraremos a la izquierda.

El suelo que predomina en esta zona es claramente silíceo o comúnmente conocido como arenisca roja. A medida que nos acercamos al barranco de Miravet la vegetación resulta más abundante y aparecen los pinos (Pinus pinaster), madroños (Arbutus unedo), madreselva (Lonicera implexa), enebro (Juniperus oxycedrus), que indican la humedad de esta zona.

La senda termina en la carretera que discurre por el barranco de Miravet, donde encontramos pino carrasco (Pinus halepensis).

Seguimos el camino asfaltado hasta llegar a la Font Tallada, situada a la izquierda del camino, desde donde podemos observar les Agulles de Santa Águeda en toda su plenitud. Las faldas de esta cadena montañosa se ven acompañadas de fantásticos alcornoques.

También podemos observar, en mitad de la ladera, una pequeña casita de monte que servía como almacén o refugio de los campesinos de la zona. En los alrededores de dicha casita se encuentran resquicios de un antiguo soto de carbonera, antiguo lugar donde se elaboraba mediante un proceso de quema el carbón que se utilizaba en la comarca

 

Ruta 9: Ermita de Les Santes

Distancia: 3,5 kilómetros. Duración: 2 h. Dificultad: Media

Comienza nuestro paseo en la Ermita de les Santes. Este santuario está enclavado en el barranco del mismo nombre, en el término municipal de Cabanes. En la actualidad, la ermita cuenta con una zona recreativa y una fuente de frescas aguas muy apreciadas por los lugareños.

Partiremos desde la parte posterior de la ermita por la pista que discurre hacia el sudoeste. Esta pista sirve durante un buen tramo como frontera del Paraje Natural: aquellos terrenos que veremos a nuestra izquierda estarán enclavados en la zona protegida.

El camino empieza con una suave subida entre pinos y abundante matorral. Brezos, lentiscos, madroños y palmitos hacen de este pinar una suerte de selva impenetrable en muchos tramos. Pronto veremos cómo a nuestra derecha la vegetación va siendo sustituida por bancales cultivados de almendros y algarrobos principalmente. A nuestra izquierda el barranco se hace más profundo y entre el espeso pinar de pino rodeno aparecen grandes matas de helechos, numerosas enredaderas como las madreselvas y la zarzaparrilla etc. La pista continua salpicada por numerosas encinas, mudos testigos de lo que en otros tiempos fueron estos pinares.

Pronto llegaremos a una de las zonas geológicamente más interesantes de todo el Paraje. La pista transcurre sobre un afloramiento de pizarras, las rocas más antiguas que podemos observar sobre las que se asienta el territorio valenciano, donde no es fácil encontrar estos tipos de formaciones. Se trata de pizarras del paleozoico, con más de 230 millones de años de antigüedad. A nuestra derecha podemos observar unos grandes peñascos calcáreos, la Marmudella.

Llegaremos a uno de los puntos más altos de nuestro itinerario, a 400 m. s. n. m. Es buen momento para admirar las cumbres del Bartolo, las verdes umbrías de la Pobla y las llamativas formaciones rocosas donde el rodeno tiñe de rojo el paisaje.

Giramos a la izquierda por una senda y entre jarales nos vamos adentrando en el espeso pinar. A nuestra derecha podemos divisar el Barranc de la Porquereta y al fondo, La Pobla Tornesa.

Sobre el rojo suelo seguimos nuestro itinerario, dejando a la derecha una escarpada pero bella senda que nos conduciría al Bartolo. Nos vamos adentrando entre una densa vegetación donde podemos sentir la frescura del ambiente. La presencia de madreselvas, hiedras y zarzaparrillas nos confirma la humedad de estos barrancos.

Parada 1.

En este punto podemos observar las diferentes montañas. Hacia el oeste, en la lejanía, se alza el Penyagolosa (1.813 m.). Y frente a nosotros, el Barranco de Les Santes nos ofrece la visión de un bosque en un buen estado de conservación.

Son numerosos los animales que habitan estas tierras: jinetas, garduñas, zorros, jabalíes, etc. Prueba de ello son las marcas que nos encontraremos en todo el recorrido.

Es este tramo un lugar privilegiado por encontrarse en él muchos tipos diferentes de jaras, destacando por su rareza la jara macho.

Tras seguir por la senda en un tramo llano y después descendente, llegamos a la pista, que viene desde el Bartolo, donde giramos a la izquierda. La pista discurre entre un pinar que va ganando en densidad, en variedad de especies y en tamaño. En los barrancos más umbríos, existen ejemplares de lentiscos y madroños que llegan a superar los 5 metros de altura.

Siguiendo la pista, llegaremos a lo más profundo del barranco donde volveremos a la Ermita de Les Santes, punto de inicio de nuestro recorrido. Atención a los dos enormes robles frente a la ermita, en la otra orilla del barranco.

http://parquesnaturales.gva.es

MÁS INFO EN: http://www.agricultura.gva.es/web/pn-desert-de-les-palmes/conocenos

Información extraida de: www.cth.gva.es

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