Penyal d’Ifac

El Penyal d’Ifac

Situado en Calp en la comarca de la Marina Alta, fue declarado Parque Natural el 19 de enero de 1987. Esta formidable roca, unida a tierra solo por un estrecho istmo, se eleva sobre el mar hasta los 332 m de altura. Con una superficie de sólo 45 hectáreas constituye uno de sus espacios naturales protegidos de menor extensión y uno de los más visitados.

Hábitats:

Desde el punto de vista paisajístico el Penyal d’Ifac resulta ser uno de los puntos más relevantes de las costas valencianas, ya que aúna elementos propios de un paisaje montañoso con otros de paisaje litoral. De hecho, el impacto visual que causa su perfil es el que se deriva del fuerte contraste de sus 332 m de altitud, con los 0 m. del nivel del mar.

Este carácter vertical, las fuertes pendientes y la predominancia de la roca, han sido decisivos para el medio natural. En el acantilado coexisten diferentes factores ambientales, como la salinidad, el oleaje, el viento o la temperatura. La combinación de todos estos elementos con el relieve y la naturaleza del suelo va a dar lugar a una gran variedad de hábitats, y en cada uno de ellos vamos a encontrar una comunidad de plantas y animales cuyas necesidades ecológicas se adaptan perfectamente al lugar que ocupan.

Los distintos ambientes que aparecen según ascendemos desde la zona totalmente sumergida, hasta la parte más alta están bastante marcados, porque los factores ambientales que afectan a cada uno de ellos son muy diferentes. Estos factores determinan que cada zona sea ocupada por unas especies determinadas, desde la zona sumergida encontramos:

Zona rocosa sumergida (Comunidad Infralitoral): Se encuentra permanentemente bajo el agua. Aquí encontramos algas como la acetabularia mediterránea (Acetabularia acetabulum) o el alga verde (Codium vermilara), invertebrados como el espirógrafo (Sabella spallanzani), la anémona común (Anemonia sulcata), o la estrella roja (Echinaster sepositus), además de peces adaptados a la vida entre las rocas, como la cabruza (Parablennius gattorugine).

Zona rocosa entre aguas (Comunidad Mesolitoral): Permanece descubierta cuando se retira el oleaje y sumergida cuando el agua avanza. Debido al continuo embate de las olas los organismos en esta zona se encuentran firmemente sujetos a la roca, es el caso del alga calcárea (Lithophyllum tortuosum), cuyas formaciones «en cornisa» son características en estos lugares. Es el caso así mismo de las lapas (Patella aspera) o del quitón (Middendorfia sp.). Moviéndose por toda esta franja es frecuente también encontrar al cangrejo corredor (Pachygrapsus marmoratus).

Zona rocosa de salpicadura (Comunidad Supralitoral): El único agua de mar que recibe es la de las gotas arrastradas por el viento o la salpicadura del oleaje. No pueden instalarse plantas superiores, y solo el liquen Verrucaria symbalana, acompañado de bígaros (Littorina sp.), balanos (Chthamalus stellatus) y cochinillas de mar (Ligia italica) es capaz de colonizar estos lugares.

Comunidad de hinojo marino y saladillas: Viven en zonas sometidas a salinidad ambiental y que apenas disponen de suelo. Entre otras son características las especies que dan nombre a la comunidad, el hinojo marino (Crithmum maritimum) y las saladillas (Limonium sp.). Además, el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) encuentra en estos lugares su hábitat ideal.Comunidad de pastizal y matorral: Se instala en zonas carentes de salinidad ambiental y que presentan una cierta cantidad de suelo. Entre las plantas que se sitúan en esta zona encontramos desde pequeñas matas como el tomillo (Thymus vulgaris) o la esparraguera (Asparagus acutifolius) a grandes arbustos como el lentisco (Pistacia lentiscus) o el aladierno (Rhamnus alaternus). Moviéndose entre esta vegetación encontramos lagartijas como la colilarga (Psammodromus algirus), pequeñas aves, fundamentalmente insectívoras, como las currucas (Sylvia sp.) o micromamíferos como el ratón de campo (Apodemus sylvaticus) o las musarañas grises (Crocidura rusula).

Flora: Con más de 400 especies de plantas diferentes, entre las que figuran algunas catalogadas como en peligro de extinción, la flora y vegetación del Parque constituyen su valor natural más destacable.

Sus paredes y acantilados, definidos por una gran rocosidad, fuerte pendiente, escasa retención de agua y una acusada exposición a la influencia de los salinos vientos del mar, determinan la existencia de una vegetación muy especializada denominada vegetación rupícola.

Fauna:

Invertebrados: destacar las especies de caracoles terrestres, entre los que se puede citar incluso un endemismo, la Chondrina marina. Escorpiones y arañas como la araña lobo (Argiope lobata) son representantes del mundo de los aracnidos y entre los insectos, sin duda el grupo que cuenta con un mayor número de especies, a modo de ejemplo se pueden citar la mariposa del espliego (Zygaena lavanduli), el macaón (Papilio macaon) o el escarabajo del romero (Chrysomela americana). En los meses de verano el protagonismo corresponde a la cigarra, que con su característico sonido nos acompaña en los meses de julio y agosto.

Vertebrados: cuenta con representantes de todos los grupos a excepción de los anfibios. En la actualidad el grupo más primitivo lo constituyen los reptiles, entre los que se pueden citar las dos especies de salamanquesas, la común (Tarentola mauritanica) y la rosada (Hemydactilus turcicus), frecuentes en la proximidad de los edificios del área de acogida. Las lagartijas cuentan con tres especies, la lagartija ibérica (Podarcis hispanica), presente en el matorral y en las paredes y muros, la lagartija cenicienta (Psammodromus hispanicus) y la colilarga (Psammodromus algirus), esta última seguramente la más abundante, ligadas todas ellas principalmente al matorral. De un tamaño similar, pero con unas patas tan diminutas que apenas son visibles, por toda la zona de Miradores de Levante es abundante, aunque poco aparente, el eslizón ibérico (Chalcides bedriagai). Ya con mayores dimensiones tenemos lagarto ocelado (Lacerta lepida), en la parte alta, después del túnel, y por todo el parque es posible encontrar dos especies de culebras, la culebra de escalera (Elaphe scalaris) mas crepuscular y la espectacular culebra bastarda (Malpolon monspessulanum) de hábitos diurnos y relativamente abundante.

Aves: con más de 60 especies avistadas, es importante diferenciar entre las aves invernantes y en paso y las que nidifican en el Penyal ya sean sedentarias o estacionales, ya que la presencia de las primeras, por su carácter esporádico, aunque presenta interés para evaluar la calidad ambiental del Peñón, no tiene demasiada importancia desde el punto de vista del impacto ambiental de las actividades que se desarrollen en el Parque.

En el primer grupo se pueden citar entre otros la tórtola turca (Streptopelia decaocto), la lavandera blanca (Motacilla alba), el cuervo (Corvus corax), el petirrojo (Erithacus rubecula), la collalba rubia (Oenanthe hispanica), el mirlo común (Turdus merula), la curruca capirotada (Sylvia atricapilla), el mosquitero común (Phylloscopus collybita), el reyezuelo sencillo (Regulus regulus), los estorninos pinto (Sturnus vulgaris) y negro (Sturnus unicolor), el agateador común (Certhia brchydactyla), el mito (Aegithalos caudatus), el carbonero común (Parus major) y el verderón común (Carduelis chloris).

En el grupo de las aves nidificantes tenemos entre las aves marinas el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) y por supuesto la gaviota patiamarilla (Larus michaellis), entre las rapaces el cernicalo vulgar (Falco tinnunculus) y el halcón peregrino (Falco peregrinus) crían en las paredes del Penyal, y los vencejos están representados por dos especies, el común (Apus apus) y el pálido (Apus pallidus).

Entre las paseriformes encontramos el avión roquero (Ptyonoprogne rupestre), el chochín (Troglodytes troglodytes), el colirrojo tizón (Phoenicurus ochrurus), especialmente abundante en invierno, la tarabilla común (Saxicola torquata), la collalba negra (Oenanthe leucura), el roquero solitario (Monticola solitarius), las currucas rabilarga (Sylvia undata), tomillera (Sylvia conspicillata), carrasqueña (Sylvia cantillans) y cabecinegra (Sylvia melanocephala). También nidifican el popular gorrión (Passer domesticus), el verdecillo (Serinus serinus) y el jilguero (Carduelis carduelis).

Cabe resaltar la extinción como nidificante del águila pescadora (Pandion haliaetus) de la que, hasta hace algunos años, aún quedaban unos enormes nidos.

Mamíferos: constituyen un grupo muy reducido en el Parque, entre los insectívoros está presente la musaraña común (Crocidura russula) bastante abundante en las zonas de matorral de las partes más bajas del Parque y de la que en ocasiones se encuentra algún ejemplar muerto, posiblemente capturado por alguna culebra o ave y desechado por el mal sabor de unas glándulas que posee. El erizo común (Erinaceus europaeus) ha sido observado en alguna ocasión en distintas zonas próximas al área recreativa.

Quirópteros: aparecen representados por el murciélago común (Pipistrellus pipistrellus), bastante común en las zonas más bajas del Penyal, junto al Centro de Información.

Roedores: es el más abundante entre los mamíferos, con especies como el ratón casero (Mus musculus), presente en la parte baja cercana al puerto y en los edificios; la rata común (Rattus novergicus), presente en todo el Penyal, principalmente en las cercanías del puerto y en el área recreativa; y el ratón de campo (Apodemus sylvaticus), del que es frecuente encontrar restos de actividad en las piñas.

Lagomorfos: representados por el conejo (Oryctolagus cuniculus), cuya presencia en el Penyal parece deberse a una repoblación artificial realizada por el hombre con fines cinegéticos.

Ruta Roja: Recorriendo el Penyal

Distancia: 2 Km. aproximadamente (ida y vuelta por el mismo camino).

Dificultad: baja hasta cruzar el túnel, y elevada una vez que se ha cruzado.

Duración estimada: 1 h 30 min. de subida hasta la cima. Está prohibida su realización en bicicleta.

Acceso al punto de inicio de la ruta: Una vez dentro del Parque Natural, llegamos por un pequeño camino de subida a los Centros de Información y de Visitantes, la senda comienza justo aquí, y debe cruzarse un torno que contabiliza el número de personas que acceden a ella.

Inicio de ruta: Tras cruzar el torno nos adentramos en una senda vallada que sube zigzagueando por la cara norte hasta alcanzar el túnel que da paso a la cara este. El camino discurre a través de la maquia litoral mediterránea, una formación arbustiva de alto porte, adaptada a vivir en suelos poco profundos y con escasez de agua.

Antes de empezar el itinerario se recomienda recoger en cualquiera de los centros existentes un folleto informativo de la senda que se va a realizar.

Mirador de Poniente: En esta primera parada podemos apreciar una primera panorámica de la costa, empezando por el oeste, vemos desde el vecino Parque Natural de la Serra Gelada hasta la calpina Sierra de Oltá, con las salinas y Calpe a sus pies. En el este podemos apreciamos la playa de la Fossa, el Parque Natural del Montgó y al final de la línea de costa la punta de Moraira. En este mirador podemos apreciar los restos de una antigua muralla medieval, construida para defender la Villa de Ifac en el siglo XIII, sus restos ascienden hasta el pie de la roca calcárea.

Desde aquí ya es posible apreciar los dos tipos de vegetación que predominan en el Parque, la maquia litoral por la que asciende la senda y la vegetación rupícola en el paredón rocoso.

Restos del poblado ibérico (s. IV-III a.d.C.): actualmente se encuentran ocultos tras la vegetación por lo que su observación resulta muy difícil. En este punto nos rodean las especies vegetales características de la maquia litoral, el lentisco (Pistacia lentiscus), el bayón (Osyris lanceolata), el aladierno (Rhamnus alaternus), la lavanda (Lavandula dentata), acompañados por algunos ejemplares de pino carrasco (Pinus halepensis).

Pinos tumbados: Desde aquí podemos apreciar el efecto bandera que produce el viento de levante sobre los pinos existentes, provocando que se de un crecimiento en una misma dirección, generándose así figuras espectaculares y caprichosas surgidas de la adaptación al embate de los fuertes vientos marinos. A nuestro alrededor seguimos envueltos por las especies más características de la vegetación arbustiva litoral.

Área de descanso: Una pequeña área despejada nos permite descansar y concentrarnos en escuchar los sonidos de las diferentes especies de aves que habitan en el Penyal según la época del año en que lo estemos visitando, como la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) durante todo el año, el colirrojo tizón (Phoenicurus ochurus) en invierno, el verdecillo (Serinus serinus) en primavera y verano, o la omnipresente gaviota patiamarilla (Larus michaellis) también durante todo el año.

Mirador del Botánico Cavanilles: La subida a esta parada nos va ofreciendo algunas especies vegetales diferentes, como el palmito (Chamaerops humilis) y las efedras (Ephedra fragilis) que prefieren sitios más elevados para vivir. Este mirador está dedicado al botánico del s. XVIII Cavanilles, interesado entre otros muchos temas, por la agricultura y las costumbres de su natal Valencia, de lo que da testimonio en sus Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del reino de Valencia (1795-1797). Desde aquí podemos apreciar de nuevo la increíble panorámica tanto hacia poniente como hacia levante. Esta parada nos muestra el primer panel señalizador de una de las dos Microrreservas de Flora existentes en el Parque Natural. Se trata de zonas de pequeño tamaño que presentan un elevado valor botánico, y cuyo fin es el estudio y desarrollo de actividades de conservación de su flora, principalmente especies endémicas (de distribución geográfica reducida a escala mundial), raras, o amenazadas.

Una vez alcanzado este punto en la ruta, es más fácil comenzar la observación de las especies rupícolas, aquellas que viven en las rocas, como la sabina negral (Juniperus phoenicea) o algunas endémicas, más difíciles de localizar como la Silene de Ifac (Silene hifacensis), la herradura valenciana (Hippocrepis valentina) o el teucrio de Ifac (Teucrium hifacense). Si continuamos avanzando, nos damos cuenta que la senda transcurre por la zona de mayor umbría, donde helechos y líquenes encuentran su mejor hábitat dentro del Penyal. En esta zona se encuentra el inicio de las vías de escalada de la cara Norte.

Túnel: fue mandado construir en el año 1918 por uno de los diferentes dueños que tuvo el Penyal en la antigüedad, nos permite acceder al otro lado de la montaña. Su superficie es sumamente resbaladiza, debido a la cantidad de gente que lo ha atravesado desde su creación, pero unas cuerdas situadas en los laterales nos permiten cruzar sus 50 m. de largo con mayor seguridad. A la salida nos encontramos con una pequeña plataforma que nos ofrece una amplia panorámica hacia levante, desde donde se puede ver hasta la isla de Ibiza en los días más claros. A partir de este punto la senda se hace especialmente peligrosa, debido a su estrechez, a la carencia de elementos de seguridad, y al suelo tan resbaladizo que presenta, por lo que no está permitido continuar.

http://www.agricultura.gva.es/web/pn-penyal-d-ifac

Información extraida de: www.cth.gva.es

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